Puesto en libertad:
Audiorelato inspirado por las primeras fases del videojuego Flower, con tinte autobiográfico.
Relato:
La noche cayó y, preso de su adicción, sintió como algo se apagaba dentro de él.
Soñó que un pétalo volaba.
En su rutina habitual el abuso del alcohol era algo que ensombrecía todo resplandor que el individuo pudiese conservar.
Sus amigos, su familia e incluso su pareja se encontraban ya con un pie más allá del punto de no retorno.
Y él estaba dispuesto a soplar una última ráfaga de su pútrido aliento para forjar su destino en un lugar exento de esperanza.
Sin embargo la fe en si mismo que había resistido oculta en algún lugar de su interior dejó escapar una suave brisa que pronto se tornó en fuerte ventolera.
De nuevo, soñó que un pétalo volaba, aunque en esa ocasión no lo hacía solo.
Recogía cada buena experiencia, cada buen hábito con los que se topaba para resistirse a caer.
En constante movimiento, el individuo materializaba en su día a día sus visiones nocturnas, experimentando de nuevo la sensación de libertad.
Respiraba al aire libre de una vida que lo había ido subordinando hasta una cruel esclavitud.
Cuando hubo acabado su obra, se estiró en un césped de vivos verdes para entonces cerrar lentamente unos cansados pero felices ojos que se perdían en el cielo azul.
Se durmió sintiendo que había sido puesto en libertad, y que ya por siempre su naturaleza respiraría lejos del viciado ambiente que marcaba su pasado.
Relato:
La noche cayó y, preso de su adicción, sintió como algo se apagaba dentro de él.
Soñó que un pétalo volaba.
En su rutina habitual el abuso del alcohol era algo que ensombrecía todo resplandor que el individuo pudiese conservar.
Sus amigos, su familia e incluso su pareja se encontraban ya con un pie más allá del punto de no retorno.
Y él estaba dispuesto a soplar una última ráfaga de su pútrido aliento para forjar su destino en un lugar exento de esperanza.
Sin embargo la fe en si mismo que había resistido oculta en algún lugar de su interior dejó escapar una suave brisa que pronto se tornó en fuerte ventolera.
De nuevo, soñó que un pétalo volaba, aunque en esa ocasión no lo hacía solo.
Recogía cada buena experiencia, cada buen hábito con los que se topaba para resistirse a caer.
En constante movimiento, el individuo materializaba en su día a día sus visiones nocturnas, experimentando de nuevo la sensación de libertad.
Respiraba al aire libre de una vida que lo había ido subordinando hasta una cruel esclavitud.
Cuando hubo acabado su obra, se estiró en un césped de vivos verdes para entonces cerrar lentamente unos cansados pero felices ojos que se perdían en el cielo azul.
Se durmió sintiendo que había sido puesto en libertad, y que ya por siempre su naturaleza respiraría lejos del viciado ambiente que marcaba su pasado.
Me ha gustado escuchar mientras veía imágenes, Un abrazo
ResponderEliminar¡Me alegra mucho leer eso!
Eliminar:) Saludos