martes, 16 de agosto de 2016

El latir del reducto familiar





La hermana de 'la gitanita' es una persona que me recuerda a gamberradas y aventuras de infancia. A días de playa y reuniones familiares en una época donde todo parece fuerte y profundo como las raíces de un árbol milenario.

Sandra, esa chica que, mientras yo inventaba junto a mis primos hermanos todo un mundo de experiencias donde dejar a la imaginación volar, se atrincheraba junto a su inseparable prima Sonia en el apartamento más bajo del complejo adecuadamente llamado Paraíso.

De acuerdo, nos echaban de esas improvisadas reuniones, pues mientras unos éramos unos mocosos metomentodos las dos primas deberían tener sus asuntos que tratar. Pero lo que no podían hacer era disimular la parte que les correspondía de la luz que se generaba en aquel lugar.
Esa magia, que tanto se apreciaba sobre todo por parte de los más jóvenes, nacía de la semilla que cada uno plantaba individualmente.

Y Sandra, de la cual conservaba apenas un puñado de imágenes en mi mente, estuvo allí al igual que el resto, se ilusionó al igual que el resto y puso su ración de luz para que el conjunto brillase hasta el punto de grabarse en la memoria de todos.

La vida transcurrió.
Destruyendo y separando.
Los caminos de los individuos que otrora conformaron una bonita unión se separaron e incluso se fragmentaron en sí mismos.

De repente, sin embargo, el eco de esa luz me llegó a través del frío tejido de las redes sociales.
Lentamente, aunque de modo constante, fue manifestándose hasta que me encontré conversando con una niña a la que siempre recordé mucho mayor que yo, como perteneciente a otro mundo. Súbitamente esa noción voló por los aires, dejándome en la situación que me encuentro.

Escribiendo unas líneas en honor a la sonrisa que me despierta el que Sandra, una de las banderas de una época en la que se trató de educar a una generación esperando infundir lo mejor, la hermana de una persona bien especial para mi, haya reaparecido en mi camino con fuerza.

Puede que a ese último reducto de lo que se intentó fraguar le cueste el mero hecho de respirar.
Que su latido sea extremadamente débil.
Pero por un momento ha brillado con fuerza el reflejo de su pasado, iluminando lo que espero siga fraguándose como una estupenda amistad.

2 comentarios:

  1. La amistad aunque fría de las redes sociales, puede culminar en una amistad de cariño y no tiene que ser frío, sino que puede ser de ternura. Un abrazo

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    1. Sí, se puede edificar con ternura, aunque la base sea de naturaleza fría.
      Eso ya, por supuesto, depende de la propia 'calidez' de las personas, tanto online como offline.
      Un abrazo Maria del Carmen, gracias por leer y comentar una vez más :)

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