jueves, 30 de julio de 2015

El Nexo: Capítulo 3.13


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3.13

Qartan caminaba sudando a mares en dirección al sureño poblado de pescadores Aykam.
La mayoría de los viajeros acudían allí para probar sus deliciosos platos basados en su pesca, pero Qartan, un joven de mediana edad, rubio de mejillas chupadas y pómulos marcados, buscaba algo realmente diferente.
Ya eran numerosas sus visitas a Aykam desde que abrió esa pequeña tienda en una estrecha calle. “Sanación natural” rezaba su cartel cuando Qartan le echó un vistazo al tenerlo en su ángulo de visión. Se secó el sudor y entró.
Cientos de pequeños botes se amontonaban en las estanterías etiquetadas. La familia era una maníaca en cuanto al orden.
Estaba oscuro, y al cliente siempre le embargaba en primera instancia un refinado olor a incienso que hacía las veces de dar la bienvenida al lugar.
Lo que sorprendió a Qartan sobremanera fue que ni la pequeña Miku estaba jugando en la tienda, ni su madre se encontraba tras el mostrador de madera.
En su lugar, el padre le saludó inclinando la cabeza de un modo casi imperceptible.

– ¿Ocurre algo? – Se interesó Qartan de buenas a primeras. Su intuición rara vez le fallaba y por ello sabía que algo grave debía de estar ocurriendo.
El padre agachó la cabeza y suspiró lentamente antes de responder.
– Se trata de Miku... Ha caído muy enferma y su madre no encuentra momento para el descanso desde que todo empezó.
– ¿Dónde se encuentran? – Qartan dejó ver uno de sus colmillos al sonreír amablemente al extraño dependiente.
– En casa. Miku reposa en cama mientras ella está en el piso inferior experimentando con todo tipo de pociones.
Qartan se hizo con lo que había ido a buscar. No tenía confianza plena con aquella familia, pues tan cordial había sido meramente su relación con ellos. De modo que partió, echando la vista atrás al salir del poblado con rostro compungido.

A medio camino dirección norte Qartan cruzaba un pequeño bosque.
– Ella tiene un regalo para ti. – La voz provenía del mismo viento que se había levantado furioso y que apenas permitía a Qartan caminar dado que le venía totalmente en contra.
– Ve por ella, ¡Necesita tu ayuda! – Qartan de repente pensó en la familia de la tienda y supuso lo peor.
Al llegar a Aykam la pequeña Miku se encontraba jugando fuera de su casa, y fue a abrazarle con fuerza dado que siempre había profesado cariño por él. Qartan sonrió a su madre mientras acariciaba el verde pelo de la pequeña. La mujer lo había conseguido, había obrado el milagro.
Pero Miku no tuvo regalo alguno para Qartan.
Él pensó que debió confundirse víctima del cansancio en aquel bosque, y partió de nuevo hacia el noroeste de Nueva Pax para vender la mercancía que se había agenciado en aquella mágica tienda.

Una noche despertó sudoroso y gritando.
Todo el cuerpo le temblaba.
Y a su mente no dejaban de llegar imágenes veloces del fuego quemando carne humana.
Trató de meditar sin más éxito que reconocer que cuando su intuición aparecía, por único remedio quedaba hacerle caso.
Viajó esa misma noche durante varias jornadas hacia Aykam, consciente de que estaba pasando, esta vez sí, lo que había intuido cuando en el bosque aquella voz le habló.
Y cuando llegó se encontró con el reciente olor a quemado, con toda la población enferma en sus casas, moribunda más bien.
Por el poblado, esa oscura noche, solo quedaba el bailoteo de Miku, que pese al largo tiempo que había transcurrido, seguía igual de aspecto, como si el crecimiento se hubiese detenido.
Al plantarse a su lado, Qartan vio horrorizado como Miku tenía toda la barbilla y cuello manchados de una espesa capa de sangre, y supo desde entonces qué hacer.

Decidió viajar con Miku, a la que ya nada le quedaba tras el asesinato de sus padres en un lugar donde los habitantes habían muerto por algún tipo de epidemia que parecía tener mucho que ver con la pequeña, hacia el pequeño bosque donde la voz había aparecido por primera vez.
Mientras lo hacían, Qartan se percataba de las rarezas de Miku, que lo abrazaba fuerte para dormir todas las noches, gimiendo algo así como palabras como bruja, que sin duda habían sido escupidas contra su madre desde que ésta había logrado curar a su hija.
Ya la amaba profundamente cuando por fin llegaron al bosque.
Y la voz no fue necesaria para que Miku hiciese un gesto indicando a Qartan que se quedase quieto, que ella pronto volvería.
Lo hizo bastante tiempo después, con algo que arrastraba por el suelo.
Era un bastón, un precioso bastón que Miku había tallado para él.
Al cogerlo y mirar con ojos húmedos a la pequeña, la voz volvió a sonar, fuerte y clara esta vez, sin viento que la acompañase, para informar a Qartan de cual debía ser su cometido, a parte por supuesto de cuidar de lo que por el momento era una joven bruja con más poder del que se podía intuir.


Continuará...

Para leer el capítulo 3.12 clicka aquí

4 comentarios:

  1. Bien! aunque Miku sigue siendo un gran misterio. ¿Escribirás sobre ella?. Pero eso si, mi favorito sigue siendo Herzel, ya que creo que es que peor lo ha pasado. Sigue así.

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    1. ¿Sobre Miku?
      Quizá en el capítulo 4.
      Hêrzel dará muchas sorpresas, seguro.
      ¡Un abrazo!

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  2. Bravo Víctor! Me inquietaba la historia de Qartan, y ya por fin la he conocido. Me intriga Miku y su pelo verde, esta brujita va a ser la clave en muchas cosas, me lo huelo!
    Quiero más! ;) venga, a escribir más capítulos! :) un saludo!

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    1. De Miku sabremos más adelante... De momento hoy toca capítulo 4 con diez nuevos episodios ^^
      Saludos Hada.

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