Cuando Adrian se acercó a Valery, ésta sintió una atracción
casi irrefrenable hacia él. Se trataba de un chico alto y musculoso,
bastante guapo y con aspecto de ser presumido. Vestía con tejanos
azul oscuro y cazadora negra, y llevaba su pelo castaño engominado
hacia atrás.
– ¿Qué haces por aquí tan sola? – Le preguntó con dulce
voz.
Valery se quedó parada, quieta, estática como el hielo. Había
cruzado una simple mirada con ese chico y no tenía palabras para
defender su posición.
– ¿Se te ha comido la lengua el gato? – La risa de Adrian,
casi una suave carcajada, resonó en el callejón que conformaba la
salida de la discoteca. – Vas muy elegante, ¿Podría saber tu
nombre?
– Me llamo Valery. – Susurró ella, sin poder dejar de mirarle
a los ojos.
Desde ese instante Adrian y Valery quedaron unidos, no en el
sentido que imaginaba ella desde luego.
Se han escrito ya muchos libros acerca de vampiros, pero nunca
habríamos podido concebir que ciertos seres humanos desarrollasen
las habilidades necesarias para emularlos hasta tal punto que la
tragedia implícita a la existencia de esos seres se antojase
realidad.
Adrian aspiró la energía vital de Valery durante meses, primero
haciéndola emerger en su máximo potencial, más tarde absorbiéndola
por completo.
En el sexto mes de relación, ya con Valery totalmente enamorada,
el mordisco surtió efecto.
– ¿Por qué te amo tanto, Adrian? – Le preguntó Valery
después de hacer el amor durante horas, enrojecida y con todo su
cuerpo temblando de placer.
– Porqué no sabes quien soy y quieres ser como yo. – La voz
de Adrian resonó tan dura, tan grave, que Valery por un momento
sintió como le daba un brinco el corazón.
– Enséñame, te lo suplico. – Valery se abrazó fuertemente
al torso desnudo de Adrian.
– Aún no estás preparada, cariño. – Adrián volvía a ser
el de siempre, susurrando con dulzura.
En realidad ya estaba succionando. El bienestar de Valery lo
saciaba, lo llenaba de la vitalidad necesaria para seguir siendo
Adrian unas horas, quizá unos días más. Valery no se daba cuenta
de que estaba entregando lo más valioso de su ser a un pozo sin
fondo.
Al año de relación, Valery había caído en una profunda
depresión de la que no encontraba escapatoria.
Le repetía una y otra vez a Adrian que el suicidio era lo que
deseaba, que la ayudase a morir.
Fue en ese momento donde Adrian, por enésima vez, tuvo que
escoger. O convertir a un nuevo mortal en vampiro o concederle el
descanso eterno.
Valery tenía el potencial, de modo que decidió contarle los
secretos de quien era él, de lo que había hecho con ella y de cómo
ella podía hacerlo con los demás.
– ¡Te odio! – Gritaba Valery al ser sabedora del terrible
secreto. – ¡Has jugado con mi alma! – Valery miraba llena de
odio a los fríos ojos de Adrian, que impasivo aguardaba a que su
vampira serenase su ánimo para completar el proceso.
Ella estalló en ira y lágrimas. Se arrodilló en el suelo y
pidió perdón a su creador. Le suplicó que no la abandonase nunca,
pero en su fuero interno comprendía que lo que le había sido
entregado llevaba implícita una carga de soledad ineludible.
Así pues, Adrian y Valery hicieron el amor de verdad por primera
y última vez.
Adrian sintió que no estaba solo, notando cada acometida sexual
de Valery con un inmenso placer, casi al borde del orgasmo. Ella
gemía con solo ser rozada por los delicados dedos de Adrian.
Pasaron horas jugando en la gran cama redonda.
Una vez acabaron, se despidieron para siempre.
Aunque esta vez no hubo lágrimas.
Solo una petición de Adrian.
El secreto debía ser guardado con mimo y solo ser entregado a
aquellos que fuesen merecedores de conocerlo y sobrellevarlo
dignamente.
Yo, Joel, conocí tanto a Adrian como a Valery. Conocí a muchos
otros de los míos antes de que la cacería diese comienzo. Y he
decidido que ha llegado el momento de destapar la verdad. Ha llegado
la hora de que los secretos salgan a la luz.
Quizá así logre equilibrar la balanza y detener la matanza de
vampiros que está teniendo lugar.
Para empezar diré que somos criaturas de luz, románticas y
sensibles al mismo tiempo que crueles y frías.
Si os interesa la historia podréis convertiros en vampiros sin
necesidad de ser mordidos, puesto que el secreto va a ser destapado.
Hay algunos que dedican su existencia a comprender los enigmas que
nos rodean, otros que trabajan por un mundo mejor, y otros que
simplemente tratan de hacer el bien ciegamente. Hay miles de opciones
para enfocar la existencia de un vampiro.
Para empezar os hablaré de mi, Joel, y de mi creador.
Os contaré como conseguí sobrevivir hasta el punto de
convertirme en uno de los pocos supervivientes de una especie en
extinción perseguida por un falso y cínico mundo envidioso.
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Es genial!
ResponderEliminar¡Gracias! Me alegro que te guste.
ResponderEliminarA lo largo del tiempo y desde que Bram Stoker nos abriera el camino hemos venidos asistiendo a cientos y miles de recreaciones de esos seres a veces abyectos, a veces sublimes, desde el amor adolescente a la máxima dureza pasando por " el que ha visto la luz " y aquél que viajó desde los infiernos al paraiso ( Anne Rice ). Cuesta imaginar mejorar a Lestat, Armand, Marius ( que grande!! ) y compañia... . A pesar de todo, bienvenida una nueva historia que nos conduzca a aquello que quizás deseemos o quizás no. De este autor espero lo mejor si consigue por fin recrear un auténtico universo donde él no sea el protagonista, sino sus personajes. Ese día habrá naciso el gran escritor que estoy seguro anida en su interior. Ánimo.
ResponderEliminarPerdón por las faltas ( malditos dedos... ) obviamente es " venido " y " nacido ".
EliminarMejorar a Anne Rice, ¡Buf! Mi intención es más humilde, a ver qué sale de todo esto. Gracias por los ánimos.
ResponderEliminarNo esta nada mal, tiene el toque romántico de Anne Rice y si sabes desarrollarlo bien seguro que valdrá la pena ^^
ResponderEliminarPD: tu y tu obsesión con las escenas de sexo... XDDDD
Jajajaja como no. Me alegro mucho que te guste, experta en Anne Rice.
ResponderEliminarDicen que los malos resultan siempre más atractivos. Todos lo lectores dicen no a todos ellos y sin embargo dejan la puerta abierta mientras leen en la seguridad que les proporcina su hedredón. ¿Quien quiere ser un santo, pudiendo describir personajes siempre carismáticos? Te animo a que sigas en esta línea, que no ha sido más que la continuación de tu genio literario. Un abrazo. Deacuerdo por completo con los demás comentarios.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras Ender. Intentaré hacerlo lo mejor posible. Un abrazo.
Eliminaren que te has basado para describir a adrian?? me interesa saberlo jaja
ResponderEliminarJajaja un saludo amigo xD
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