domingo, 16 de marzo de 2014

Almas gemelas




Cuenta la historia que, muy de vez en cuando, un extraño suceso ocurre.
Se trata del simpático tropiezo de dos fuentes de energía que emanan la misma frecuencia en todo cuanto las caracteriza.
Al colisionar, comienzan a danzar de un modo realmente inexplicable. Tan solo con baratos ejemplos podríamos hacernos una idea de en qué consiste la inconmensurable paz en la que coexisten desde el primer hasta el último instante de sus existencias.
Y puesto que la existencia es eterna, basta con ejemplificar como primer punto que reducen la inmensa infinidad de posibilidades hasta la más mínima expresión. De ese modo una simple mirada, una simple caricia o un simple susurro contienen la energía suficiente como para hacerlos relajarse hasta el más delicioso extremismo budista, o bien encenderse con la pasión más desatada imaginable. O ambas cosas a la vez.

Cuenta la historia que, muy de vez en cuando, eso sucede.
Las almas comienzan su danza eterna algo confusas al principio ante tan innegable atracción, tan inexplicable unión, tan delicioso baile. Se sumen en la más preciosa melodía, aquella que lo engloba todo, que es la misma existencia, pudiendo hacer el amor con música clásica o hardcore, pudiendo pelearse con guitarra acústica o pluma, tinta y papel. El universo entero se rinde a sus pies pues no hay nada más bonito que la creación del multiverso, y ellos simbolizan la unión en su estado más primerizo, puro y bello.

Cuenta la historia que, muy de vez en cuando, dos personas interpretan a ciegas este texto.
Lo hacen mediante las sensaciones, sumidos en el oscuro túnel que representa la tramposa vida que les ha tocado vivir, descubriendo súbitamente un farolillo de luz en la oscuridad, que ya por siempre jamás habrá de acompañarlos mientras a través de su danza van brillando más y más, como estrellas gemelas que quieren convertirse en un solo sol que todo lo ilumine, buscándose, encontrándose, separándose sin olvidarse y volviéndose a buscar y encontrar.
Así funciona lo eterno y lo infinito.
Así lo resumen dos almas gemelas al encontrarse.
Así de perfecto suena todo cuando al fin das, no con el sentido de tu vida, sino con el sentido de tu existencia. Pues, cuando eso ocurre, vengan los golpes que vengan, ahí estará el farolillo, el pequeño haz de luz de esa unión, para iluminar cualquier oscuro sendero que tenga que ser recorrido.

Cuenta la historia que, muy de vez en cuando, un joven se permitía soñar con que encontraría eso.
Cuenta la historia que, muy de vez en cuando, una joven soñaba con saborear eso.
Cuenta la historia que, muy de vez en cuando, suceden milagros.


Con todo mi amor, para usted, mi dulce alma gemela.



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