viernes, 5 de agosto de 2016

Día 9: Mascota (Shadow of the Colossus)





En el enorme puente que daba acceso a esa tierra inmensa se había visto a un hombre cargando con el cuerpo de una mejor a lomos de un caballo.
La mirada del sujeto estaba fija en un punto fijo, como si tuviese muy claras sus intenciones.

Poco tiempo después el gemido ahogado y desgarrador del coloso minotauro Valus, desplomando su gigantesco cuerpo sobre el suelo al fallecer, había supuesto el único sonido aparte del desolador viento de la tierra prohibida.

Wander, que así se llamaba el joven, encontraba en Agro, su yegua, una mascota con la que paliar mínimamente su dolor y canalizar su ansiedad y desesperación.
Juntos recorrieron aquella tierra, dando caza a colosos de toda forma y tamaño.

Los gritos desgarradores de éstos al ser abatidos precedían a la ingente cantidad de polvo esparcido al aire que levantaban dejando más vacío si cabía en una tierra desolada.
Y bella, sin embargo.
Separada del mundo exterior por una cadena montañosa al norte y con mares franqueando el resto de puntos cardinales, el deambular de Wander lo condujo a un vasto desierto. Pese a que la luz solar que reflejaba el filo de su espada indicaba la presencia de un coloso, no fue consciente de su situación hasta que Agro se apartó velozmente de su posición.

Instantes después la tierra comenzó a moverse.
Se estaba elevando por los aires, mientras contemplaba como la arena caía en grandes cantidades cuando Phanlanx, navegante del aire, comenzó a mover sus inconmensurables alas.



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