El océano, a una
distancia razonable, pasaba bajo su fuselaje a una velocidad de vértigo.
A bordo de un
pájaro de metal, la mirada del piloto se debatía entre la espuma de unas olas
que se le antojaban infinitas, todas ellas contempladas desde el hipnótico
compás que marcaba su surcar por los cielos; y las siluetas que comenzaban a
reflejarse en el horizonte.
Eran enemigos.
Docenas de ellos.
Echó un fugaz
vistazo a los indicadores de munición y combustible, obteniendo la tensa
satisfacción del que sabe que si no vacila, si permanece concentrado, todo
debería salir bien.
Unos minutos
después siente como gotas de sudor resbalan por su frente.
A sus espaldas el
mar está salpicado por esos mismos pájaros que no mucho atrás se dibujaron en
el horizonte, trazando siluetas en el cielo con su vuelo y rastro humeante.
Pájaros abatidos.
Todos ellos, sin excepción, fueron
quedando besados con pasión por sus ametralladoras.
Ahora un plácido
ascenso había llevado su aeronave por encima de las primeras nubes.
El radar le
mostraba sus opciones.
No podía regresar
a la base, mucho menos en el estado de gracia que se encontraba.
Al oeste la
aurora boreal de un continente helado humedecía sus ojos con algo parecido al
romanticismo.
Al este el curso
de un río se adentraba y se perdía en una laberíntica ruta por un bosque
salvaje.
El piloto sonrió
al decidir, y su pájaro pareció hacer lo propio cuando fue activada la máxima
aceleración que lo llevaría allí donde poder volar un poco más, disfrutando de
cada viraje, de cada nuevo peligro.
Era una exquisita
sensación.
Nunca había escuchado este juego antes.
ResponderEliminarMe alegra ver como exploras distintas temáticas y emociones con cada relato, esta vez siendo el turno de algo mucho más bélico.
Está digital para ps3.
EliminarSí, tras un arranque pausado tuve ganas de imprimir más ritmo al asunto :D