Los jóvenes se
reunían alrededor de la luz de una única vela.
Iluminaba de modo
tenue la mesa sobre la cual habían desplegado el tablero de la ouija que tanto
inquietaba a Ashley.
La joven de pelo
rubio y rostro dulce miraba con los ojos muy abiertos a Chris y a Josh, en
especial a este último.
¿De veras
esperaba comunicarse con sus hermanas fallecidas?
Desde luego,
intentarlo en el mismo lugar donde la misteriosa tragedia segó sus vidas tenía
sentido.
Sin embargo
Ashley no quería hacerlo.
La creciente
oscuridad en la mansión hacía del frío algo más intenso mientras teñía el
silencio de un macabro manto.
Era como si de
las altas paredes emanasen ecos fantasmagóricos que anunciasen algo que
escapaba a su percepción, pero que atenazaba su alma.
– ¿Hay alguien
ahí? – La voz de Chris interrumpió su ensimismamiento.
Unos instantes
después, el movimiento al unísono de los tres dedos apoyados en la guía le heló
la sangre.
Horas después,
Ashley lloraba desconsoladamente, tratando inútilmente de no hacer ruido llevándose
ambas manos a la boca.
Su tobillo estaba
fracturado.
Se lo había
torcido con agresividad al salir a toda prisa de la bañera en la cual había
intentado relajarse después de la sesión de ouija a la luz de aquella maldita
vela.
La misma vela
que, más consumida, sostenía en su mano extendida la figura ataviada con una
dantesca máscara que la había estado observando mientras se bañaba.
La misma que la
había perseguido hasta el sótano de la mansión.
La misma que
ahora canturreaba su nombre, percutiendo algo metálico contra todo cuanto le
separaba de la posición donde Ashley, acurrucada, temblaba sin parar.
Tengo todas las ganas del mundo de jugar este juego, adoro el terror y este se ve justo como lo que necesito.
ResponderEliminar¡Muy tétrico tu relato! Creo que ha sido mi favorito hasta ahora.
¡Vaya! Parece que con este he dado en el clavo pues.
EliminarEs un muy buen juego, no hay mucha libertad de acción pero el que la toma de decisiones varíe el destino de los protagonistas es todo un puntazo.
Y gráficamente te deja boquiabierto.