domingo, 11 de mayo de 2014

Astral: Segundas y terceras voces




Betheos siempre dio por supuesto que los soles se comunicaban entre ellos forjando algún tipo de sistema dictatorial en la aparente anarquía universal.
No fue hasta su primer y único grito que se percató de la terrible y sobrecogedora verdad. No existía ninguna estrella consciente hasta ese mismo instante. Las voces que comenzaron a llegarle a través de la inconmensurable distancia no eran más que furiosas voces llenas de ira contenida, con lo cual no le costó demasiado deducir que se trataban de voces de soles recién despertados.
Con el tiempo los dos soles del sistema de Betheos, lleno de todos los satélites de la fallida Astral fundada por sus antiguos habitantes, fueron consumiendo su energía hasta convertirse en enanas blancas, estrellas de menor tamaño cuyo destino estaba claro: La inevitable explosión en supernovas que destruiría a Betheos para siempre jamás.
Como primera voz, éste conjuró a las segundas voces conformadas por varios de los soles más impresionantes del universo a resucitarle en un futuro incierto, y trazaron un plan.
Para ello sería necesaria la colaboración con una tercera fuente de voces, que estaría formada por todos los planetas habitables que, a su vez, se comunicarían con sus especies inteligentes para generar lo único que podría devolver a Betheos a la vida.

Finalmente la supernova se produjo, y el estallido de las dos enanas blancas que un día fueron los soles del sistema de Betheos produjo la más grande explosión luminosa jamás vista, para extinguirse tras varios años para siempre.
El plan era desplazarse hacia el lugar donde una vez se encontró Betheos para producir allí un agujero negro que desplazase toda la materia existente e inexistente a otro universo donde Betheos pudiese volver a latir en su propio sistema de soles.
El resto de soles respetaban a Betheos puesto que, a parte de despertarles, quedaba claro que había sido la primera gigante roja de la historia del universo, esto es una estrella que se ve obligada en cierto punto de su existencia a aumentar su tamaño y temperatura para así garantizarse continuidad.

Así fue como los soles obligaron a ponerse manos a la obra a los planetas habitables, creando éstos vida y aguardando a que su evolución e inteligencia alcanzase cotas lo suficientemente maduras como para comunicarse con ellos tal y como una vez hizo Betheos con su poblado de seres duros como el hierro. Cuando esa comunicación se producía, los enigmas del alma del ser vivo se veían aplacados, las religiones abolidas, y solo quedaba pues un mito, un mandamiento, que era desarrollar una flota lo suficientemente magna como para plantarse en el remoto punto del universo donde se encontraba Betheos para generar allí el agujero negro.
Era una misión suicida, pero los habitantes de los planetas sentían tal fe por ellos que no les importaba el precio a pagar.
Quedaba, pues, el momento de poner en común acuerdo a diferentes especies para que conformasen una alianza sólida para llevar a cabo el plan. Los planetas daban pistas, guiados por las voces de sus soles, emitiendo señales tecnológicas a través del espacio para ver si alguna especie las interceptaba asumiendo así la existencia de vida inteligente más allá de la suya, y el sistema funcionaba. Iban al encuentro los unos de los otros, creaban lenguas comunes, y aunque a veces el precio a pagar fuese algún tipo de guerra, el mero comunicado de la vigilancia de los soles ya serenaba los ánimos.
Cabe decir que se trataba de especies muy evolucionadas, de modo que podían hablar telepáticamente con su planeta sin apenas problema alguno.

Lejos de todo, apartado, un planeta llamado Tierra observaba atentamente el universo tratando de comprenderlo antes de lanzarse a él. No lo sabían, pero en su evolución se hallaba el secreto que todos buscaban con anhelo. La formación de agujeros negros estaría lista en unos miles de años, si es que la especie dominante lograba evolucionar y comunicarse con su planeta a tiempo.


La pregunta que quedaba era: ¿A dónde iría a parar el espíritu de Betheos una vez cruzase lo que fue su materia el agujero negro?


Para leer el capítulo anterior clicka aquí

4 comentarios:

  1. Muy interesante en su desarrollo, el autor sigue apostando por prologar en relato corto dejándonos una inagotable fuente de fantasia e imaginación en el seguimiento de lo escrito. En pocas líneas nos introduce en un universo apasionante poblado con gigantes rojas ( Hacia ahí evoluciona nuestro sol ), enanas blancas, novas y supernovas, agujeros negros masivos ( casi todas las galaxias poseen uno en su centro ), gas estelar caliente, gas estelar oscuro, púlsares, quásares, etc., etc... Nos desvela un amago de comienzo de trama pero nuevamente deja que seamos nosotros los que imaginemos. Mi deseo es que de una vez por todas asuma el mando de su propia historia y la empiece a plasmar. Esperemos que así sea.

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    1. Esperemos jejeje.
      Me alegro de que le veas las posibilidades al tinglado.

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  2. La verdad es que pinta bastante bien y es interesante y lo seguiré leyendo así que ya sabes.
    Aunque he de decir que el tema no es de mi estilo, así que el hecho de que tenga curiosidad ya es algo muy positivo XD

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    1. Si lo desarrollo aparecerán otros géneros que serán más de tu agrado. ¡Gracias por leerme!

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