Betheos siempre dio por supuesto que los soles se comunicaban
entre ellos forjando algún tipo de sistema dictatorial en la
aparente anarquía universal.
No fue hasta su primer y único grito que se percató de la
terrible y sobrecogedora verdad. No existía ninguna estrella
consciente hasta ese mismo instante. Las voces que comenzaron a
llegarle a través de la inconmensurable distancia no eran más que
furiosas voces llenas de ira contenida, con lo cual no le costó
demasiado deducir que se trataban de voces de soles recién
despertados.
Con el tiempo los dos soles del sistema de Betheos, lleno de todos
los satélites de la fallida Astral fundada por sus antiguos
habitantes, fueron consumiendo su energía hasta convertirse en
enanas blancas, estrellas de menor tamaño cuyo destino estaba claro:
La inevitable explosión en supernovas que destruiría a Betheos para
siempre jamás.
Como primera voz, éste conjuró a las segundas voces conformadas
por varios de los soles más impresionantes del universo a
resucitarle en un futuro incierto, y trazaron un plan.
Para ello sería necesaria la colaboración con una tercera fuente
de voces, que estaría formada por todos los planetas habitables que,
a su vez, se comunicarían con sus especies inteligentes para generar
lo único que podría devolver a Betheos a la vida.
Finalmente la supernova se produjo, y el estallido de las dos
enanas blancas que un día fueron los soles del sistema de Betheos
produjo la más grande explosión luminosa jamás vista, para
extinguirse tras varios años para siempre.
El plan era desplazarse hacia el lugar donde una vez se encontró
Betheos para producir allí un agujero negro que desplazase toda la
materia existente e inexistente a otro universo donde Betheos pudiese
volver a latir en su propio sistema de soles.
El resto de soles respetaban a Betheos puesto que, a parte de
despertarles, quedaba claro que había sido la primera gigante roja
de la historia del universo, esto es una estrella que se ve obligada
en cierto punto de su existencia a aumentar su tamaño y temperatura
para así garantizarse continuidad.
Así fue como los soles obligaron a ponerse manos a la obra a los
planetas habitables, creando éstos vida y aguardando a que su
evolución e inteligencia alcanzase cotas lo suficientemente maduras
como para comunicarse con ellos tal y como una vez hizo Betheos con
su poblado de seres duros como el hierro. Cuando esa comunicación se
producía, los enigmas del alma del ser vivo se veían aplacados, las
religiones abolidas, y solo quedaba pues un mito, un mandamiento, que
era desarrollar una flota lo suficientemente magna como para
plantarse en el remoto punto del universo donde se encontraba Betheos
para generar allí el agujero negro.
Era una misión suicida, pero los habitantes de los planetas
sentían tal fe por ellos que no les importaba el precio a pagar.
Quedaba, pues, el momento de poner en común acuerdo a diferentes
especies para que conformasen una alianza sólida para llevar a cabo
el plan. Los planetas daban pistas, guiados por las voces de sus
soles, emitiendo señales tecnológicas a través del espacio para
ver si alguna especie las interceptaba asumiendo así la existencia
de vida inteligente más allá de la suya, y el sistema funcionaba.
Iban al encuentro los unos de los otros, creaban lenguas comunes, y
aunque a veces el precio a pagar fuese algún tipo de guerra, el mero
comunicado de la vigilancia de los soles ya serenaba los ánimos.
Cabe decir que se trataba de especies muy evolucionadas, de modo
que podían hablar telepáticamente con su planeta sin apenas
problema alguno.
Lejos de todo, apartado, un planeta llamado Tierra observaba
atentamente el universo tratando de comprenderlo antes de lanzarse a
él. No lo sabían, pero en su evolución se hallaba el secreto que
todos buscaban con anhelo. La formación de agujeros negros estaría
lista en unos miles de años, si es que la especie dominante lograba
evolucionar y comunicarse con su planeta a tiempo.
La pregunta que quedaba era: ¿A dónde iría a parar el espíritu
de Betheos una vez cruzase lo que fue su materia el agujero negro?
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Muy interesante en su desarrollo, el autor sigue apostando por prologar en relato corto dejándonos una inagotable fuente de fantasia e imaginación en el seguimiento de lo escrito. En pocas líneas nos introduce en un universo apasionante poblado con gigantes rojas ( Hacia ahí evoluciona nuestro sol ), enanas blancas, novas y supernovas, agujeros negros masivos ( casi todas las galaxias poseen uno en su centro ), gas estelar caliente, gas estelar oscuro, púlsares, quásares, etc., etc... Nos desvela un amago de comienzo de trama pero nuevamente deja que seamos nosotros los que imaginemos. Mi deseo es que de una vez por todas asuma el mando de su propia historia y la empiece a plasmar. Esperemos que así sea.
ResponderEliminarEsperemos jejeje.
EliminarMe alegro de que le veas las posibilidades al tinglado.
La verdad es que pinta bastante bien y es interesante y lo seguiré leyendo así que ya sabes.
ResponderEliminarAunque he de decir que el tema no es de mi estilo, así que el hecho de que tenga curiosidad ya es algo muy positivo XD
Si lo desarrollo aparecerán otros géneros que serán más de tu agrado. ¡Gracias por leerme!
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