Clicka aquí para saber dónde está alojada la imagen
Saludos cordiales,
Como Experiencia, Resolución,
Rectitud, Sinceridad, Esperanza, Ilusión, Amor y Sombra nos
dirigimos a la parte consciente del sujeto que ha recurrido a todos
nosotros con el objetivo de comprender qué le ocurre.
Somos pedazos de él, pequeñas partes
a las que podrían sumarse muchas más. Vivimos en el interior de
todas las personas, y constantemente se recurre a nosotros para
hallar guía en tiempos o situaciones difíciles.
El sujeto nació, es cierto, con
problemas mentales.
Pero nada de eso tuvo que ver con la
primera aparición de Sombra, que se alimentó de la temprana muerte
de su abuela para hacerse fuerte.
Ese mismo hueco, ese vacío, debía
llenarse con Amor, pero la naturaleza libre de ésta no concordaba
con la posesiva seguridad de un individuo cuyo miedo a la oscuridad
era más bien temor a lo desconocido.
Sufriendo las pesadillas que
constantemente reflejaban sus miedos, corrió hacia delante en su
pubertad a una velocidad excesiva, tropezando siempre con las mismas
piedras de la urgencia y la necesidad.
Tal era su ambición de conquista, que
no reparaba en las numerosas ocasiones en las que se quedaba sin
nada.
Eso hacía más grande su vacío
interior, que a modo de trauma de niñez, crecía y crecía
refrescando en su mente cada vez que conciliaba el último sueño una
personificación de Amor, una muestra de lo mucho que ansiaba y pocas
veces conseguía.
La presencia de objetos muy bien
recordados como tocadiscos en casas semi amuebladas indica la poca
necesidad de lo material por parte del sujeto, que ansía por encima
de todas las cosas dar con una especie de paz interior que combine
aspectos tan simples como una música relajante y una persona a quien
amar.
La bebida ocupa ahora ese lugar, y a la
montaña que debe escalar para dejarlo se suman otras que han crecido
con el paso de los años y la acumulación de pesadillas.
Se ha acostumbrado a que dormir
signifique ingerir insectos, tragar vómitos, besar dientes podridos,
y un sinfín de terrores que lo mantienen en un sueño superficial
que apenas dura minutos.
Así hasta llegar a los últimos
sueños, donde la persona elegida le rescata de esa amarga sensación
para engatusarlo hasta hacerle creer que lo que vive es real.
Una vez abre los ojos, apenas tiene
energía para vivir la realidad.
Una realidad que cada vez lo aplasta
con mayor facilidad, y que a partir de su degeneración como persona
permite a más y más personas ampararse en que la enfermedad mental
lo ha destruido, y por lo tanto tirársele al cuello como buena parte
de la sociedad hace al oler sangre.
No obstante Esperanza apunta que el
individuo no le ha perdido el rastro, mientras Ilusión habla acerca
de un proyecto que habrá de darle otra oportunidad tras toda una
vida peleando contra Sombra noche a noche.
Ignoramos si se tratará de la esperada
paz interior que tan urgentemente necesita él, pero desde luego en
nuestro frío análisis de los últimos años de su vida no hemos
encontrado en él rastro alguno de mal, sino un deseo perenne de
dirigirlo todo a buen puerto.
Sombra, observada desde nuestra
posición, así como las distintas versiones de Amor, no deberían
suponer más gotas para un caótico mar propenso a tempestades, sino
únicamente los trozos con quizá más poder en la balanza del
territorio emocional del individuo.
Le hacemos llegar esta carta a él y a
su entorno, para que cualquier aportación a “El coleccionista de
sueños” sea más que bien recibida dada la naturaleza del
problema.
Mal conducido, acabará por hundir
donde ya no se le pueda ayudar al individuo, y es más que probable
que Sombra y Amor combatan una vez más hasta destrozar su mente por
completo.
Nos despedimos con el susurro de lo que
acaba de pronunciar el sujeto tras acabar de teclear.
“No tengo más planes que el de poner
junto a Stela mi primer ladrillo en esta vida, para así poder
obtener la paz interior necesaria para afrontar las noches sin
Sombra, y los años con Amor.”
FIN
Para leer el capítulo anterior clicka aquí