Difícil no es retroceder ni revivir,
Ni meditar acerca del pasado.
Difícil es sentirte de nuevo anclado,
En esas aguas que tanto dicen de ti,
De tus firmes convicciones,
De tus sueños olvidados.
El oleaje sacude la barca
En tu inseguro paso por aleatorias
aguas,
No obstante tus guías te abrazan,
Te convencen y te demuestran,
Que si algún día llega la tormenta,
Las estrellas te guiarán,
Ahí donde ellos completaron su
enseñanza.
Un cimiento subterráneo resistirá la
carga,
Ancianos caídos seguirán queriendo
sus helados,
Personas podridas mantendrán su
reencontrada sonrisa,
Los bosques proporcionarán de nuevo
tanta leña,
Que arderá por siempre la hoguera,
sonriendo al mar,
Y al siempre presente cielo estrellado.
He visto ya mucho, he sentido cada
experiencia.
Exhausto aterrizo en el punto de
partida,
Languideciendo a cada minuto que me
aleja,
Pasadas quedan las horas de dar guerra.
Maltrecho y agotado,
El mar me acaricia, me susurra y me
alimenta.
¡Fantástico poema Victor, muy logrado! ;)
ResponderEliminarAbrazos
Gracias Hammer Pain, ¡Un abrazo! :)
Eliminarmuy bueno
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarHermoso poema. Un abrazo
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarMe alegra que te guste.
Un abrazo
Con carácter, como el inmenso mar. Bien, Víctor! A tí se te da bien todo! Un saludito! Sigo leyéndote! ;)
ResponderEliminarSi puedes pásate por "Un horizonte invisible" que es donde está este poema incluido.
EliminarUn abrazo Hada :)