jueves, 25 de diciembre de 2014

Una rata en Navidad



Era de noche y la tienda de animales permanecía cerrada.
Un frío intenso arremetía contra las diferentes especies, pero en un rincón de la tienda, en la zona reservada para roedores, una cálida luz emanaba de una de las jaulas.
Una nueva esperanza había nacido.

Al llegar la Navidad la ratita tenía apenas dos meses, tal era su belleza y su encanto que cuando la hermana de un solitario sujeto la vio, no tuvo dudas de cual sería el obsequio para su hermano en esas fechas.
Sorprendido e ilusionado al recibir el regalo, una flamante jaula con todo tipo de accesorios, el hombre cayó en la cuenta de la esperanzadora magia de la vida al levantar su hermana un puente en miniatura y descubrir en su interior, agazapada, una preciosa hámster llamada Hope.

Al día siguiente a la Nochebuena, el hombre sacó a la ratita de sus aposentos para jugar con ella.
Era un encanto. Gateaba por su mano escalando entre sus dedos, hasta posarse en su hombro y olfatear su oreja.
En su hogar, la alegría de una época feliz vino de parte de una esperanza que Hope irradió nada más nacer en la tienda.

10 comentarios:

  1. Ahora si!! Precioso breve lleno de luz y esperanza, porque hasta un diminuto ser peludin puede arrancar la ternura y el instinto de protección que llevamos dentro. Feliz Navidad

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  2. Hola, Carlos, se me había escapado tu relato, al leer el segundo he visto este también, muy bonito y tierno

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  3. Ohhhh!!! Muy dulce. Es impresionante lo que un roedor puede provocar. Un abrazo Víctor

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  4. Qué linda historia Victor, la dulzura de las mascotas; una vida, una compañía...

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  5. Muy bueno, a veces algo muy pequeño puede ser la diferencia entre estar bien o estar mal. Un saludo.

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