sábado, 8 de agosto de 2015

Una tormenta de cuatro estaciones: Capítulo V



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Al abrir los ojos Matthew se encontró contemplando unos preciosos pies que pisaban una verde y fina hierba. La temperatura era muy agradable.
– ¿Estás bien? – La voz provenía de justo encima suyo. Se alzó y contempló como una chica aparentemente de su edad, de bello rostro, le miraba sonriente. La voz era inconfundible.
– ¿Dónde están tus alas? – Inquirió Matthew.
– Ya no las podré tener al crecer tanto, pero no me importa. Ahora estaré junto a ti.
La chica era muy simpática. Matthew se vio sorprendido cuando, con un movimiento ágil, ésta le quitó la ropa de invierno argumentando que ya no la necesitaría.
La primavera sería su estación.
El joven lo comprobó nada más echar un vistazo a su alrededor. Un luminoso verde decoraba todo donde pusiese la vista.
Le parecía que había pasado una eternidad desde que partió de casa de su abuelo en busca del hada que ahora se personificaba como una agradable joven.
Mientras ella lo invitaba a jugar por los claros del bosque, Matthew sintió pena por Robert. Le había dejado atrás, y eso era algo que él nunca haría.

No obstante, pasaban las jornadas y el otrora hada jugaba y jugaba con Matthew.
Éste siempre la miraba a los ojos, mostrando muchas veces su ingenua felicidad.
De ese modo nunca se percataba de que el color violeta que lucía en el contorno de su ombligo aterrizaba en el naranja fuego que ardía en sus extremidades.
– ¡Mira lo que la luz nos da! – Su risa parecía sincera y jovial. – ¡Mira para cuánto ha servido tu sacrificio! – Matthew reía junto a ella, asintiendo.
Se cogían de las manos y daban vueltas y vueltas, corriendo en todas direcciones, como hipnotizados por una música inaudible que lo inundaba todo de una especie de magia.
Hasta que, al lado de un arroyo, todo pareció detenerse cuando, accidentalmente, las hojas que tapaban los senos de la joven cayeron, revelando dos pequeños y firmes pechos que ella no tuvo ninguna vergüenza de seguir enseñando.
– Me gustas mucho, Mattew... – Ella pronunciaba esas palabras casi en un susurro, pero solo obtenía por reacción en Matthew que éste se alejase con tímidos pasos hacia atrás.
– ¿Yo no te gusto? – Ponía cara de pena mientras su mirada permanecía clavada en la de Matthew, como estudiando sus pensamientos.
De pronto él pensó en Robert, de un modo tan claro que la joven se puso a llorar.
– ¿Qué ocurre? Me gustas mucho como persona... Podemos ser amigos... – La joven apartó de un manotazo la mano que Matthew pretendía apoyar en su hombro y salió corriendo.
Matthew quedó estupefacto, y cuando quiso ir a por ella, fue Robert el que apareció de entre los matorrales.
– ¡Matthew, por fin te encuentro!
– ¡Robert, te he estado esperando todo este tiempo! – Robert sonreía de un modo que Matthew nunca había visto. Tan cálido, tan cercano...
Para su sorpresa, ocurriendo todo muy rápido, Robert le besó introduciendo su húmeda lengua en su boca entreabierta, cogiendo su trasero con fuerza y cayendo ambos sobre el suelo.
Matthew quería preguntarle acerca del tono violeta de su estómago, pero se encontraba víctima de un éxtasis que solo hacia que multiplicar su deseo más y más.

Apenas se percató de que la lluvia torrencial caía sobre ellos y que los relámpagos y los truenos hacían las veces de banda sonora cuando Robert hincó las rodillas y los brazos en el suelo, dándole la espalda.
A cada relámpago Matthew penetraba a Robert, sin fijarse que el rostro de éste tenía los ojos en blanco, y gemidos de ultratumba que quedaban camuflados por los truenos sonaban una y otra vez.
Cuando el verano llegó de nuevo, el verdadero Robert apartó las ramas al sur del claro donde se encontraba Matthew y se echó las manos a la cabeza.
Matthew practicaba sexo con una bestia.
Quiso detenerlo gritando con todas sus fuerzas, pero un relámpago cayó entre ellos cuando Matthew gimió de absoluto placer y ambos cayeron al suelo.
Robert se levantó de inmediato. No había ni rastro de la bestia.
Se acercó cauto a su amigo.
– Matthew, te he estado buscando todo el día...
– Maricón de mierda querrás decir. – Robert se puso en guardia en ese momento, en el fondo de la mirada de Matthew un naranja fuego aún resplandecía.
– Comenzó la tormenta y temí lo peor al saber que habías salido...
– ¿Te refieres a la tormenta de las cuatro estaciones? – Robert quedó sin palabras. – Una mera trampa de caza, mortal. Ahora, ya tengo un cuerpo.
Robert dio un paso atrás y, con dedo tembloroso, apuntó a lo que fuese que tenía delante.
– ¿Quién eres y qué has hecho con Matthew?
Los pasos de aquel engendro, junto a su continua carcajada, dejaron petrificado a un Robert que no supo qué hacer.

No supo durante un buen tiempo qué decir, ni a quién contárselo.
De modo que finalmente decidió aprender por su cuenta.
Uno de los primeros libros con los que se hizo le costó una fortuna, y en su contraportada varios cientos de nombres se superponían para dar la forma de un tipo de bestia demoníaca.
Gärgólum, era uno de ellos.


FIN DE LA SEGUNDA PARTE DE CRÓNICAS DE GÄRGÓLUMS

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6 comentarios:

  1. Final inesperado! Qué bueno! Me ha gustado muchísimo! Lo bueno es que continúa...esto de los Gärgólums tiene enganche! Bravo Víctor! ;)))))

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    1. ¡Gracias Hada!
      Me alegro de que te haya gustado el final.
      Y parece que esto va para largo...
      Un abrazo ;)

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  2. Esta vez he de confesar que me has sorprendido y muchas de las cosas no me las esperaba. Esto cada vez pinta mejor

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    1. ¡Bien!
      Me alegra que te haya sorprendido el desenlace, pronto a por la tercera parte ^^
      Un abrazo Silvia

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  3. ¿ Cabalgando entre géneros ?. Con esta segunda entrega el autor nos transporta de la ciencia ficción al relato fantástico estableciendo un nexo de unión entre ambos géneros. Uno se identifica con el pobre adolescente mientras la terrible tela de araña se va tejiendo a su alrededor y, conociendo de la primera entrega con quien se la juega, espera que algo ocurra para su salvación. Craso error, no tratamos con personajes amables y simpáticos, tratamos con entes terribles con una capacidad de seducción y engaño tremendas. El insulto final demuestra a las claras su capacidad de manipulación emocional. A lo que iba, esta segunda tanda de capítulos nos adentra en el inicio de las peripecias de Robert y augura toda una serie de visicitudes y situaciones a cada cual mas emocionante. ¿ Cómo conseguirá Robert llegar a viejo interacción ando con esos poderosos entes ?. A favor del autor hay que constatar que la emoción va in crescendo y mantiene el tono ágil y vital desde el principio. Consigue que esperemos con ganas la continuación de esta historia. Enhorabuena pues.

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    1. Pronto la tercera parte.
      De momento la vida de Robert va a ir sujeta al género de terror y suspense.
      En efecto Matthew no ha corrido la misma suerte que Thomas en la primera parte de estas crónicas, los Gärgólum son difíciles de derrotar.
      Gracias por leer y comentar, un saludo!

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