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Que difícil es detener el tiempo
cuando el reloj de la vida avanza más y más en su carrera hacia ese
desconocido instante donde ya no estaremos.
En nuestras cabezas muchas cosas se
dicen y otras tantas no. De las que se dicen prácticamente todas van
sujetas a un estado de ánimo o a un cúmulo de las circunstancias
que nos rodean eventualmente. De las que quedan en el
tintero... El tiempo avanza y avanza, y en ocasiones las engulle
mientras que en otras las deja salir ya transformadas, sin esa pureza
que otorga el corazón a los sentimientos cuando éstos nacen llenos
de luz.
Podría decirse que uno no se encuentra
en su mejor momento desde hace ya años, en una especie de carrera
hacia ninguna parte donde lo único que realmente cambia son las
agujas de un repetitivo reloj ansioso de devorar más días, meses y
años.
Un tiempo en el que queda engullido
aquello que realmente quieres decir, dejando escapar nada más que la
engrasada negatividad de un macabro engranaje.
El engranaje que ha de permitir
alcanzar ciertos objetivos, siempre lejanos y siempre diferentes,
gotea la negatividad resultante de no conseguirlos, de no encontrarse
en el lugar ni el momento adecuados como para dejar ver ni que sea un
atisbo de lo que una vez brilló con luz original.
¿Cómo uno no va a amar a su propia
familia?
Una madre a la que en cada ocasión te
gustaría tratar con el suave respeto que se merece para así
ayudarla a afrontar un laborioso día a día en el que quedase
patente que valoras todos y cada uno de los segundos de esfuerzo
mental y físico que ha empleado para verte caminar.
Un padre que navega entre sus rarezas
pero siempre mantiene la constante de mirarte a los ojos como si
ninguna de tus putrefactas heridas estuviese ahí, mientras por otro
lado hace lo posible por que se sean sanadas.
Una hermana que pelea en su juventud
para dentro de sus posibilidades hacer llegar algo de luz a donde
sabe que normalmente solo hay egoístas sombras.
Así pues, una familia que, unida,
quiere hacerte caminar sano por el sendero de la luz.
¿Cómo uno no va a amar a su propia
familia?
Es imposible, pero otra cosa muy
diferente es cómo detener el tiempo.
Cómo encontrar ese instante para
respirar y ver las cosas en perspectiva, lejos de los vanos
conflictos que cuando el viento de la muerte sople desaparecerán
como polvo en una ventisca.
Cuando de nosotros solo queden las
cenizas, será entonces cuando haber sabido detener el tiempo para
disfrutar de una tarde en la playa, de una comida juntos o
simplemente de dejar fluir la luz de un sentimiento cobrará
importancia real.
A veces en la persecución de estos
momentos nos cegamos, sin embargo.
Pues los sentimientos simplemente
están. No se pueden ni usar, ni tergiversar ni manipular.
¿Cómo uno no va a echar de menos a su
mujer?
Una adorable persona que llena noches
de pesadillas de un nuevo aroma que te conduce a despertar feliz.
Una compañera en vida que llena de
aplomo cuando tus fuerzas flaquean.
La otra mitad de un corazón que por el
camino ha sido destruido, que ha destrozado a su vez cegado por la
ambición de una enfermiza escalada, y que hace que tu interior
brille de nuevo con la ilusión de viejos días.
Ilusión por vivir, esperanza por
construir.
Responsabilidad por el buen hacer.
¿Cómo uno no va a amar a su mujer?
Negar el amor es imposible. No con
actos.
A no ser que no encontremos esa
fracción de segundo, ese fugaz instante, en el que detener el reloj
de la vida nos de la capacidad de expresarnos como solo la
perspectiva de lo que en verdad importa nos deja hacer.
La familia, lo más importante, en lo bueno y en lo malo. Un abrazo.
ResponderEliminarEso mismo María, un abrazo.
EliminarUn relato en el que reflejas la vida tal como es, aunque los matices sean diferente según las personas. Un saludo
ResponderEliminarGracias por tus palabras Pilar, un saludo :)
EliminarEl amor y el tiempo no siempre van de la mano, pero cuando amamos de verdad, notamos que el tiempo pasa más deprisa y no se detiene ni para saborear algunos de sus segundos, Me gusta lo que escribes y como te expresas, un abrazzo
ResponderEliminarLos mismos segundos que más adelante echamos de menos...
EliminarGracias Concepción, me alegra que te guste lo leído, ¡Un abrazo!
;)) La familia siempre va a estar, tus seres queridos siempre serán el gran apoyo, incondicional, siempre.
ResponderEliminarSin duda Hada, un abrazo ;)
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