lunes, 2 de septiembre de 2013

El golpe



El golpe es seco y contundente.
Te deja dolorido, prácticamente herido de muerte, arrodillado en el suelo.
Llevas toda una vida fiel a una filosofía que ahora resulta ser un castillo de naipes ubicado justo enfrente de un helicóptero a punto de despegar.
Te declararon maníaco-depresivo y seguiste adelante como las agujas de un reloj. Con firmeza y sin cambios. Peleaste, amaste, escribiste, creaste y... Bebiste.
En la mezcla unas pocas neuronas eran sacrificadas en beneficio del bienestar general.
Con el tiempo te demuestran que siempre estuviste equivocado, que existen fármacos mejores y que te has situado en la parrilla de salida de la mismísima esquizofrenia.
Se te quitan las ganas de vivi...
- ¿Pero que bazofia es esta?  
Sobresaltado el escritor alejó las manos del teclado. Desplazó su silla un tanto a la izquierda para que Intuición y Conciencia pudiesen leer con más detenimiento las pocas líneas escritas.
Niegan al unísono y juegan al piedra papel tijera para ver a quien le toca, por enésima vez, abrir los ojos al cabezón sujeto. Gana Intuición, por supuesto. Acude con un camisón de andar por casa y zapatillas, como si estuviese a gusto en ese lugar.
- Mira hombre, las cosas se pueden poner feas de cojones, por supuesto. Y más feas aún. Todo dependerá de la dirección que tomes día a día. - Miró sonriente a Conciencia, que tomó la palabra.
- Tú marcas y marcarás el rumbo con tus decisiones. - Dicho esto, la pareja salió de la habitación y el sombrío personaje regresó a su tan querido teclado.

El golpe es seco y contundente.
Te deja dolorido, prácticamente herido de muerte, arrodillado en el suelo.
Llevas una semana sin probar gota de alcohol y parece ser que la primera lágrima sobria de la década quiere asomarse a echar un vistazo.
No te gusta la sensación de estar arrodillado, no quieres irte a dormir. Pero tampoco quieres viv...
- ¿Pero de qué cojones hablas? - Esta vez tanto escritor como silla salieron disparados del hostión que recibió su hombro por parte de Resolución. Considerablemente enfurecido, gritó a Experiencia que acudiese rápidamente a la habitación. - ¡Mira con que nos sale el chico, ahora resulta que se nos arrodilla por una mera leche! - Resolución negaba con la cabeza como si no diese crédito a sus propias palabras. Una gran carcajada dio la bienvenida a la presencia de Experiencia en la habitación. A diferencia del resto, no leyó ni una palabra. Se limitó a clavar su mirada en la del hastiado escritor, y pronunciar un elaborado discurso.
- Verás amigo mío, no dejarás de verme por alejarte del alcohol o acercarte a la locura. En la taberna tengo bajo el mostrador cientos de productos para cualquier paladar, y las jaulas de lecciones vuelven a estar llenas para ti. Que no te pesen las palabras de cuantos entren hoy en tu habitación, pues solo tratarán de ayudarte a que veas un poquito más de luz. - Experiencia dirigió su mirada a la gran avenida a través de la ventana, entonces finalizó: - Y esa luz será más cálida que todas las que cuelgan por las calles en estas fechas.
- ¡No te da vergüenza estar arrodillado! - Resolución continuó aullando hasta que Experiencia logró sacarlo a rastras de la habitación. El escritor de nuevo estaba solo, dispuesto a rematar la ridícula faena de plasmar lo lamentable en un papel.

El golpe es seco y contundente.
Te deja dolorido, prácticamente herido de muerte, arrodillado en el suelo.
Te sientes atrincherado, ves enemigos en cada esquina y te cuesta respirar. Las canciones ya no te teletransportan, y lo que en fase maníaca era un inmenso oasis rico en cuanto una vida pudiese requerir, ahora se torna en un charco de barro donde ni siquiera una cucaracha podría darse un baño a gusto.
El mal humor crece y comienzas a pensar más y más en el pasad...
De pronto el escritor mira hacia la impresora, sabe que en realidad ella está apoyada allí.
- Muy buenas. - Era todo un detalle por parte de Rectitud saludar con tanto entusiasmo.
El hombre se la quedó mirando. Esta vez su rostro era un amasijo un tanto abstracto, señal de que estaba claramente debilitada. Sobraron las palabras cuando ésta, al chasquear los dedos, hizo entrar en la habitación a unas bellísimas Esperanza e Ilusión.
Cuando el hombre quiso levantarse para fundirse en sendos abrazos, descubrió que en realidad estaba arrodillado, y que un muro de cristal le separaba de ellas.
< Al menos que luzcan tan bien significa que el Monstruo ha desaparecido. > Pensó el escritor apresurándose a escribir tan preciadas palabras, apenado no obstante por el hecho de tenerlas fuera de su alcance.
< Quizá todo radica en una metáfora, cuya guinda es el hecho de que me basta con cambiar el prisma bajo el que contemplo mi vida... > Las reflexiones se aceleraban en una mente que había pasado un verdadero día de perros.
Finalmente apartó la vista de todo cuanto no fuese su escrito y se concentró profundamente.

El golpe es seco y contundente.
Se trata del puñetazo en la mesa de quien decide no rendirse aún. 

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