El golpe es seco y contundente.
Te deja dolorido, prácticamente herido de muerte, arrodillado en
el suelo.
Llevas toda una vida fiel a una filosofía que ahora resulta ser
un castillo de naipes ubicado justo enfrente de un helicóptero a
punto de despegar.
Te declararon maníaco-depresivo y seguiste adelante como las
agujas de un reloj. Con firmeza y sin cambios. Peleaste, amaste,
escribiste, creaste y... Bebiste.
En la mezcla unas pocas neuronas eran sacrificadas en beneficio
del bienestar general.
Con el tiempo te demuestran que siempre estuviste equivocado, que
existen fármacos mejores y que te has situado en la parrilla de
salida de la mismísima esquizofrenia.
Se te quitan las ganas de vivi...
- ¿Pero que bazofia es esta?
Sobresaltado el escritor alejó las manos del teclado. Desplazó
su silla un tanto a la izquierda para que Intuición y Conciencia
pudiesen leer con más detenimiento las pocas líneas escritas.
Niegan al unísono y juegan al piedra papel tijera para ver a
quien le toca, por enésima vez, abrir los ojos al cabezón sujeto.
Gana Intuición, por supuesto. Acude con un camisón de andar por
casa y zapatillas, como si estuviese a gusto en ese lugar.
- Mira hombre, las cosas se pueden poner feas de cojones, por
supuesto. Y más feas aún. Todo dependerá de la dirección que
tomes día a día. - Miró sonriente a Conciencia, que tomó la
palabra.
- Tú marcas y marcarás el rumbo con tus decisiones. - Dicho
esto, la pareja salió de la habitación y el sombrío personaje
regresó a su tan querido teclado.
El golpe es seco y contundente.
Te deja dolorido, prácticamente herido de muerte, arrodillado en
el suelo.
Llevas una semana sin probar gota de alcohol y parece ser que la
primera lágrima sobria de la década quiere asomarse a echar un
vistazo.
No te gusta la sensación de estar arrodillado, no quieres irte a
dormir. Pero tampoco quieres viv...
- ¿Pero de qué cojones hablas? - Esta vez tanto escritor como
silla salieron disparados del hostión que recibió su hombro por
parte de Resolución. Considerablemente enfurecido, gritó a
Experiencia que acudiese rápidamente a la habitación. - ¡Mira con
que nos sale el chico, ahora resulta que se nos arrodilla por una
mera leche! - Resolución negaba con la cabeza como si no diese
crédito a sus propias palabras. Una gran carcajada dio la bienvenida
a la presencia de Experiencia en la habitación. A diferencia del
resto, no leyó ni una palabra. Se limitó a clavar su mirada en la
del hastiado escritor, y pronunciar un elaborado discurso.
- Verás amigo mío, no dejarás de verme por alejarte del alcohol
o acercarte a la locura. En la taberna tengo bajo el mostrador
cientos de productos para cualquier paladar, y las jaulas de
lecciones vuelven a estar llenas para ti. Que no te pesen las
palabras de cuantos entren hoy en tu habitación, pues solo tratarán
de ayudarte a que veas un poquito más de luz. - Experiencia dirigió
su mirada a la gran avenida a través de la ventana, entonces
finalizó: - Y esa luz será más cálida que todas las que cuelgan
por las calles en estas fechas.
- ¡No te da vergüenza estar arrodillado! - Resolución continuó
aullando hasta que Experiencia logró sacarlo a rastras de la
habitación. El escritor de nuevo estaba solo, dispuesto a rematar la
ridícula faena de plasmar lo lamentable en un papel.
El golpe es seco y contundente.
Te deja dolorido, prácticamente herido de muerte, arrodillado en
el suelo.
Te sientes atrincherado, ves enemigos en cada esquina y te cuesta
respirar. Las canciones ya no te teletransportan, y lo que en fase
maníaca era un inmenso oasis rico en cuanto una vida pudiese
requerir, ahora se torna en un charco de barro donde ni siquiera una
cucaracha podría darse un baño a gusto.
El mal humor crece y comienzas a pensar más y más en el pasad...
De pronto el escritor mira hacia la impresora, sabe que en
realidad ella está apoyada allí.
- Muy buenas. - Era todo un detalle por parte de Rectitud saludar
con tanto entusiasmo.
El hombre se la quedó mirando. Esta vez su rostro era un amasijo
un tanto abstracto, señal de que estaba claramente debilitada.
Sobraron las palabras cuando ésta, al chasquear los dedos, hizo
entrar en la habitación a unas bellísimas Esperanza e Ilusión.
Cuando el hombre quiso levantarse para fundirse en sendos abrazos,
descubrió que en realidad estaba arrodillado, y que un muro de
cristal le separaba de ellas.
< Al menos que luzcan tan bien significa que el Monstruo ha
desaparecido. > Pensó el escritor apresurándose a escribir tan
preciadas palabras, apenado no obstante por el hecho de tenerlas
fuera de su alcance.
< Quizá todo radica en una metáfora, cuya guinda es el hecho
de que me basta con cambiar el prisma bajo el que contemplo mi
vida... > Las reflexiones se aceleraban en una mente que había
pasado un verdadero día de perros.
Finalmente apartó la vista de todo cuanto no fuese su escrito y
se concentró profundamente.
El golpe es seco y contundente.
Se trata del puñetazo en la mesa de quien decide no rendirse
aún.
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